¿Cuáles son los cuidados del bonsái baobab?

Imagen – Bonsaiclubofahmedabad.com

El baobab es un árbol originario de África y América que se caracteriza por tener un tronco muy ancho y ramas relativamente cortas. Cuando buscamos fotos en internet o las encontramos en un libro, es muy común verlas sin hojas, lo que nos puede hacer pensar que no las tienen, pero estaríamos equivocados, porque el follaje es muy bonito, como se puede ver en la imagen de arriba.

Pero, ¿Es posible tener un bonsái baobab? Algunos dirían que no, pero a mí me gustan los retos (de jardinería). Si es así, te cuento los cuidados que debes tener con tu bonsái.

¿Cuándo y cómo se planta?

Empecemos desde el principio. Ya que no es común encontrar baobab a la venta, pero es relativamente fácil encontrar semillas en tiendas online, sería ideal cómprelos en primavera o verano y proceda de la siguiente manera:

  1. Primero llenamos un termo con agua caliente -unos 38 o 39ºC-.
  2. En segundo lugar ponemos las semillas y las dejamos allí durante 4 horas.
  3. En tercer lugar, llenamos una maceta de 10,5 cm con vermiculita y la regamos.
  4. Cuarto, ponemos 2-3 semillas en la maceta y las cubrimos con una fina capa de vermiculita.
  5. Quinto, volvemos a regar y ponemos la maceta al aire libre, a pleno sol.
  6. Sexto, regamos para que la vermiculita no pierda humedad.

Como máximo germinarán en un mes, pero no se deben trasplantar hasta dentro de 1 año.

¿Cómo se hace el bonsái?

Convertir el baobab en un bonsái proceder de la siguiente

  1. A los 3 años de la siembra, en primavera cortaremos un poco la raíz principal, que es la más gruesa, dejando las raíces encima con una sierra de mano previamente desinfectada y sellando el corte con azufre sublimado.
  2. Luego la regamos 2-3 veces por semana en verano y cada 15-20 días el resto del año (nada en invierno), y la abonamos durante los meses cálidos con un abono líquido específico para bonsáis como este de aquí .
  3. Al cabo de 4-5 años podremos podarlo, quitar las ramas que se cruzan entre sí, las ramas que nos quedan enfrente y cortar las ramas que crecen demasiado. Este trabajo debe hacerse al final del invierno, antes de que el árbol florezca.
  4. Cuando el tronco tenga unos 2-3 cm de grosor, podemos trasplantarlo a finales de invierno a una bandeja de bonsái con akadama mezclado con un 30% de kiryuzuna.
  5. A partir de aquí podemos trabajar en darle el estilo formal vertical (tronco recto con copa más o menos triangular) que mejor encaje. Para ello, solo tenemos que cortar las ramas que crecen en exceso y trasplantarlas cada 3-4 años.

¿Qué te pareció este desafío? ¿Te atreves?

Gracias por leer bosquevirgen.com. ¡Hasta pronto!

Deja un comentario