La mandarina es uno de los cítricos que más gustan a grandes y pequeños. Y esto se debe a que es más dulce que las naranjas en la mayoría de los casos, y al ser más pequeña, no llena tanto. Además, tiene un poco más de agua que sus «hermanas mayores». Pero lo que quizás no sepas es el cuento mandarín. ¿Sabes que tiene un origen curioso?
Si quieres saber por qué existen las mandarinas, de dónde vienen o por qué se les llama así, echamos la vista atrás para que puedas conocer más sobre la historia de la mandarina. No te aburrirás, te lo aseguramos.
¿De dónde vienen las mandarinas?
Lo primero que hay que saber es que las mandarinas, como muchos cítricos, proceden de Asia. Particularmente de China e Indochina, los principales lugares donde se cultivó. Aunque hay algunas investigaciones que datan de este cítrico en el Himalaya, particularmente en bosques donde se cultivaban varios árboles de cítricos.
los La primera referencia que tenemos del mandarín es del siglo XII a.C., que ya nos avisa de la edad que tiene. Sin embargo, solo comenzó en una pequeña región donde se extendió, especialmente en el sudeste asiático, así como en la parte de India.
Se dice que la mandarina ya era conocida en todas las prefecturas del sur de Japón en el siglo X. Sin embargo, se necesitaron más de 400 años para que se diera a conocer y se extendiera por otros continentes. Se dice que desembarcaron en Europa recién en el siglo XIX. Al parecer, quien hizo famosa a la mandarina fue Sir Abraham Hume, un inglés que decidió importar estos cítricos a Inglaterra. En concreto dos tipos de mandarinas de Guangzhow (Cantón).
Poco después, y dado el éxito que había tenido esta primera importación, se enviaron árboles a Malta. Y así nacieron las variedades, otra que se cultivaba en Italia (la mandarina mediterránea). Llegó casi al mismo tiempo que Malta y con el tiempo las mandarinas evolucionaron hasta convertirse en las mandarinas que conocemos hoy.
El curioso nombre del mandarín
Dentro de la historia de la mandarina tenemos que hacer una puntualización sobre su nombre. Es cierto que dependiendo de la zona en la que vivas, se llama de una forma u otra.
Por ejemplo en el caso de Inglaterra, para ellos es «mandarín»† Mandarín en Italia y España. India lo llama Santara o Suntara; mientras que en Japón las mandarinas son las mikan. ¿Y en China? Se llaman Chu, Ju o Chieh.
Pero, ¿de dónde viene llamar mandarina a este cítrico? Pues el culpable de todo no es otro que el color naranja de su piel. Así es como es. Las primeras mandarinas fascinaron a muchos por su vibrante color naranja. Y a alguien se le ocurrió decirme que color naranja con los trajes que usaban los mandarines en la antigua China (los dictadores). Estos eran de colores llamativos, principalmente rojos y anaranjados, por lo que comenzaron a utilizar mandarinas para referirse a esta fruta. Y sí, vas por buen camino si crees que esta fruta se consideraba apta para «aristócratas».
La historia del mandarín y su genealogía
El mandarín ancestral fue el primero de todos, y una cosa que sabes es que había tanto «mujeres» como «hombres». En otras palabras, es uno de los cítricos que pueden producir dos tipos de mandarinas.
Cada uno de ellos, a su vez, desarrolla diferentes frutos, sobre los cuales ahora podemos aprender mucho más. Por ejemplo, las mandarinas hembras dieron lugar a Rangpur Lime. Sin embargo, son los machos los que nos han dado la tradicional mandarina, la naranja amarga y también el calamondín. Y sí, de la mandarina tradicional vino la mandarina moderna y la naranja dulce.
La historia del mandarín en España
Si nos centramos en la relación entre la historia del mandarín y el país de España, debemos dar con una fecha más cercana a nuestro tiempo. Y es que, aunque fue en 1805 cuando la mandarina desembarcó en Inglaterra como producto exótico, tardó varios años más en llegar a España.
Según los investigadores, la primera Las referencias encontradas sobre este cítrico en España se remontan a 1845. Ese año, ya través del Conde de Ripalda, se enviaron unos injertos a Valencia para estudiar el comportamiento de estos frutos. Este lo realizó la Real Sociedad Económica de Amigos del País, pero nunca se propusieron cultivarlo, sino investigar cómo se comportaban estos cítricos.
Tuvieron que pasar unos 11 años, en 1856, y gracias a Polo de Bernabé se cultivaron. Para ello se eligió la provincia de Castellón, más concretamente Burriana. Este cultivo representó un gran desarrollo para esa zona ya que prácticamente abasteció la demanda de gran parte de la producción total de estos cítricos.
¿Y qué variedad se cultivó? Bueno, aparentemente estamos hablando del mandarín común. Como se conoce, no fue hasta 1920-1930 que surgieron nuevas variedadesempezando por la Satsuma o la Clementina.
¿Son similares el mandarín original y el de hoy?
Lamentablemente no. No tienen nada que ver el uno con el otro porque, como todo, evolucionó. Tanto por las variaciones como por las pruebas que se han realizado, se ha perdido la cosecha original, o la esencia de la mandarina.
Eso significa que el mandarín de hace miles de años y el de hoy no se parecen en nada, ni en cuanto a tamaño, color, textura, sabor, dulzor, etc. El paso del tiempo, el terreno y todo lo que afecta a los cultivos hace que se adapten a las nuevas condiciones de supervivencia, y eso también lo ha hecho este árbol.
Ahora que conoces un poco más la historia del mandarín, ¿lo ves con otros ojos?
Gracias por leer bosquevirgen.com. ¡Hasta pronto!